martes, 31 de mayo de 2016

LAS CONSECUENCIAS DE LA IDOLATRÍA

Darle a un ciudadano títulos, un pos-grado para su auto-afirmación, para su progreso, y un papel social, es algo laudable y necesario, pero también el egresado debe saber que ni siquiera en sus títulos está la vida.

En los ídolos la persona busca fundamentar su vida, asegurarse, pero lo que en realidad se experimenta es la esclavitud, la finitud de los ídolos, pues ellos pasan o caen. Los ídolos se convierten en falsas seguridades. El proyecto de la vida basado en la idolatría es pobre. El centrar la casa (el ethos) en un ídolo hace, por lo tanto, que la persona coloque allí su vida, sus esperanzas, crea que la vida y el futuro se la da el ídolo y por eso proyecte toda su existencia en él, pues se que allí su vida no vacila.






Frente a un ídolo, lo que hace la persona es pedir la felicidad, la vida y su sentido, y la solución a los problemas, porque el ídolo despierta como "vino de furor" en la persona o en un pueblo, y esto genera una falsa libertad  y auto-afirmación, tiene poder para hacerlo.

Aquí se origina el engaño, el sufrimiento y la pérdida del sentido del horizonte: pedirle al ídolo la vida, la felicidad, la esperanza, el sentido de la existencia, genera una profunda depresión cuando el ídolo falla, pues el ídolo  no es Dios.


                                                  


El ídolo genera sumisión y esclavitud. Al ídolo se le piden los propios deseos y a cambio se le ofrece la libertad y la voluntad. El centrar la vida a un ídolo nos lleva a alejarnos de la Verdad. Los ídolos son basura, monstruos que seducen los sentidos y generan una contaminación en la persona y la inducen a hacer malas acciones y esto tiene consecuencias concretas.

Al alimentar al ídolo la persona está engañada cree vivir pero está muerta pues ha encontrado un horizonte limitado que no lo lleva a trascender.




No hay comentarios.:

Publicar un comentario